Anillo Oración
Material: Acero Inoxidable
La oración exige coherencia de vida: observar la Palabra de Dios, sus Mandamientos, hacer Su voluntad. Se ora como se vive, y se vive como se ora.
La oración brota del Espíritu Santo: “Dios ha mandado a nuestros corazones al Espíritu de su Hijo que grita: Abbá, Padre” (Gal 4, 6). Es el mismo Espíritu, que ora en el cristiano y le enseña “qué sea conveniente pedir” (Rm 8, 26) en la oración.
Exige de la persona que ora, un corazón humilde y arrepentido, rico de Fe, en el cual la persona se reconoce como creada a imagen de Dios, redimida por Cristo, santificada por el Espíritu Santo: “Todo es posible a quien cree” (Mt 9, 23).
Orar es siempre posible: “Es posible incluso en el mercado o durante un paseo solitario, hacer una frecuente y fervorosa oración. Es posible también en su negocio, sea mientras compran o mientras venden, o incluso mientras cocinan” (San Juan Crisóstomo).
Que este anillo sea un medio para no olvidar tu oración diaria y para recordar pedir por aquellos que se han encomendado a tu oración.