Anillo Rostro de Cristo
Material: Acero Inoxidable
"Que busque tu rostro, que aprenda a encontrarlo y a mostrarlo, que sepa descubrirte en las cosas corrientes de mi vida, que advierta realmente que eres Tú"
Echamos de menos una mayor agudeza para dar con el papel que Cristo desempeña en cada suceso de la existencia: amamos este mundo, que es el nuestro, el lugar donde nos encontramos con Dios, y desearíamos adquirir una mayor facilidad para percibir la mirada de Jesucristo mientras nos ocupamos de nuestras tareas habituales. Querríamos también que otros pudieran ver en nosotros a Cristo; nos ilusiona la maravillosa posibilidad de hacer presente a nuestros amigos el rostro de Jesús.
Vultum tuum, Domine, requiram!. ¡Buscaré, Señor, tu rostro! Señor –le diremos–, que busque tu rostro, que aprenda a encontrarlo y a mostrarlo, que sepa descubrirte en las cosas corrientes de mi vida, que advierta realmente que eres Tú.
Tal vez oiremos aquel aviso de San Josemaría: Ese Cristo, que tú ves, no es Jesús. –Será, en todo caso, la triste imagen que pueden formar tus ojos turbios... –Purifícate. Clarifica tu mirada con la humildad y la penitencia. Luego... no te faltarán las limpias luces del Amor. Y tendrás una visión perfecta. Tu imagen será realmente la suya: ¡Él!